Segundo debate presidencial: Bullrich al ataque, Milei muy opaco y Massa estoico
Segundo debate presidencial: Bullrich al ataque, Milei muy opaco y Massa estoico“Dijiste que venías a sacar las papas del fuego y vos nos hiciste puré” le dijo Patricia Bullrich a Sergio Massa. “¿Hablas de producción, cuando en la Aduana tenés que acomodarte para una Sira y tenes ahí un Tongolini que te dice quién va primero en esa cola”, criticó al candidato presidencial y ministro de Economía por su funcionario Matías Tombolini y las dificultades que enfrentan los importadores. Una de las imágenes de la noche en el segundo debate presidencial.
Bullrich se ocupó de mostrar que el candidato de la Libertad Avanza dice una cosa, pero hace otra cuando: “Vos, Milei con Barrionuevo al lado te metió la casta adentro”.
En tanto, Javier Milei les reprochó a todos los candidatos que “ninguno les pidió perdón o resignó un privilegio. No lo van a hacer porque están atornillados a sus carguitos".
Sergio Massa, en esta oportunidad, fue el blanco de las críticas por el caso Insaurralde y Chocolate, como asimismo de la situación económica. Al candidato de Unión por la Patria le fue difícil despegarse del cargo de ministro de Economía de un gobierno kirchnerista, aunque lo intento a través de evitar responder las chicanas y apelar a un gobierno de unidad de los “mejores”.
“Te quiero decir Patricia, que hablar vulgar o hablar canchera no te vas a hacer más popular el día de la elección”, dijo Massa (en respuesta a la pregunta de Bullrich sobre “cuando van a dejar de robar”.
Son solo algunas frases que se dijeron los tres candidatos con mayores posibilidades de alcanzar la presidencia.
Con estrategias diferenciadas, más preparados y buscando mejorar su desempeño del domingo primero de octubre, los cinco candidatos presidenciales debatieron por segunda vez, en esta oportunidad en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), a dos semanas de las elecciones que se realizarán el 22 de octubre próximo.
Patricia Bullrich, candidata por Juntos por el Cambio (JxC) mejoró su presencia con relación al primer debate que tuvo lugar en Santiago del Estero. En su equipo de campaña, tras el encuentro, coincidieron en que tomó una actitud “más aguerrida”. Al termino del debate, sus colaboradores se sintieron victoriosos y fueron a celebrar al restaurante al frente de la Facultad de Derecho.
En esta oportunidad, Sergio Massa (Unión por la Patria, UP) fue quien recibió más ataques, embates que demandaron de su condición de profesional de la política. El candidato dijo que no venía con el ánimo de hacer “chicanas” y basó su estrategia en lanzar propuestas y apelar un gobierno de unidad.
Javier Milei (La Libertad Avanza, LLA), en general mantuvo una postura mesurada. En algunos pasajes de su exposición optó por usar un tono académico, tal vez para minimizar riesgos. Es que en su espacio aseguran que, si no gana en primera vuelta, seguro está primero en el ballotage. En todo caso, el mensaje que en todo momento trató de dejar el dirigente libertario es que sus principales oponentes ya gobernaron y que no es posible obtener resultados distintos apelando a los mismos protagonistas.
En tanto Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País, HNP) se presentó más enérgico y siguió reiterando los ejemplos de su gestión en Córdoba como eje de su discurso. Por su parte, Myriam Bregman (Frente de Izquierda y Trabajadores-Unidad, FIT-U) se mostró segura y punzante como en el primer debate defendiendo las posiciones de la izquierda.
Ninguno de los candidatos cometió errores graves que los pudieran descolocar en la carrera, según coinciden los analistas.
Las claves del segundo debate presidencial
A lo largo del intercambio se observó la preparación de los equipos de campaña de frases “picantes” (más que las que lanzaron en el primer encuentro) con contenidos que en general tuvieron más de diagnóstico y de fuego cruzado que de propuestas.
Milei arrancó el debate centrado en la cuestión económica -su fuerte- advirtiendo que “estamos al borde de la hiperinflación”. Desde el comienzo Bullrich desplegó una estrategia orientada a golpear tanto al oficialismo como a los libertarios. Así, lo primero que dijo es que iba a sacar “la corrupción kirchnerista”, al tiempo que descalificó a Milei por haberse asociado con las mafias.
Massa apuntó a captar el voto moderado, insistiendo en su intención de llevar adelante un gobierno de unidad nacional si es elegido presidente y apelando al miedo en caso de triunfo de Milei. Schiaretti también criticó “a los gobiernos de la grieta” y denunció la falta de asistencia a las provincias. Y Bregman reiteró que la solución pasa por un gobierno de los trabajadores y repudiar la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
Como era de prever, en el debate sobre la seguridad, Bullrich sostuvo que “enfrentó a las mafias” y ratificó su apoyo a las fuerzas de seguridad defendiendo al agente Luis Chocobar (un policía que mató a un delincuente que habían acuchillado a un turista para robarle y que fue condenado por exceso en el cumplimiento de un deber). Entre sus propuestas, lanzó bajar la edad de imputabilidad a los 14 años.
Tampoco sorprendió que Massa hiciera referencia a su experiencia de lucha contra el delito cuando era intendente de Tigre. El candidato oficialista propuso crear una suerte de FBI argentino, en el que participen los mejores de las fuerzas de seguridad y pidió que los jueces rindan cuentas.
Bullrich salió a cruzarlo al considerar “una vergüenza” que Massa siga hablando de Tigre y sostuvo que no se puede hacer seguridad “si tus socios son corruptos”.
Los cruces entre los candidatos de JxC y UP fueron varios. Bullrich enrostró a Massa distintos episodios que consideró de corrupción como los hoteles de Cristina Kirchner, los bolsos de José López o el paseo en yate por el Mediterráneo de Martín Insaurralde. La respuesta de Massa con relación a este último caso fue que había pedido la renuncia del ex jefe de gabinete de la provincia de Buenos Aires y le retrucó señalándole que Bullrich no había pedido la dimisión del diputado nacional de JxC Gerardo Milman.
A medida que se fue desarrollando el debate, las frases fueron subiendo de tono. Milei acusó a Bullrich de “montonera asesina” y la candidata de Cambiemos le pidió que deje de lado los insultos, que “habla de longevidad y después nos dice viejos meados”.
También los candidatos se acusaron de decir “mentiras” en más de una oportunidad. Por ejemplo, Milei le dijo que no era cierto que propusiera la venta de órganos como le atribuyó Bullrich.
En general, los candidatos se mostraron menos acartonados que en el primer debate a pesar de que el formato acordado es rígido. “Es más para un país como Suiza que para la Argentina”, se comentó en la Facultad de Derecho.
Una las frases que luego fue tendencia, la aportó Massa cuando le dijo a Milei: “Javier, hasta acá llegaste. Dejá de faltarle el respeto a las mujeres”. Fue tras dichos de Milei que ridiculizaron la propuesta de Bregman de reducir a 6 horas la jornada laboral. El libertario se preguntó, con tono burlón, por qué no reducirla a una hora y concluyó que esta propuesta terminaría generando desocupación. Massa propuso que por ley las mujeres cobren el mismo salario que los hombres a igual puesto.
Tanto en el debate que se llevo a cabo en Santiago del Estero como este último los candidatos se mantuvieron dentro de sus libretos, pero en general no tuvieron un mensaje claro de los problemas cotidianos de la gente, según comentaban en los pasillos de la Facultad.