Masiva protesta del campo contra el Gobierno en todo el país

El acto principal se realizó en San Nicolás, pero las manifestaciones se extendieron a otras provincias. Cepo a la carne y restricciones, los ejes de los reclamos.

Con duras consignas contra el Gobierno, y una asistencia que los organizadores estimaron en 65 mil personas, el campo encabezó este viernes una protesta multisectorial con un acto en la ciudad de San Nicolás.

La movilización incluyó una amplia lista de reclamos. En la proclama final elaborada por las entidades presentes se reclamó al Gobierno “un cambio de rumbo total en lo político, social y económico”.

Entre las demandas de ese documento se incluyó medidas que mejoren la educación, la salud, la seguridad, la reducción de impuestos, la defensa de la propiedad privada y el respaldo para la actividad productiva.

Representaciones chacareras llegadas desde distintos puntos de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, San Luis, Chaco, Formosa, Corrientes, Entre Ríos y Río Negro, concentraron en un campo ubicado en el kilómetro 228 de la autopista que une Rosario con Capital Federal.

La organización estimó que participaron de la manifestación 65 mil personas ─un cálculo que pareció algo exagerado─ y que llegaron al lugar unos 10 mil automóviles y unas doscientas personas a caballo. Algunos productores lo hicieron manejando sus tractores.

El acto tuvo a Patricia Bullrich como la cara política más representativa, aunque tal como lo habían solicitado los chacareros autoconvocados encargados de armar el acto, no fue incluida en la larga lista de personas que ofrecieron un discurso.

Para el final se dejaron las principales voces, con una foto simbólica que buscó transmitir un mensaje de unidad frente al Gobierno: ofrecieron su discurso los presidentes de Coninagro, Sociedad Rural, Federación Agraria y Confederaciones Rurales, las cuatro entidades que integran la Mesa de Enlace.

Jorge Chemes, de CRA, aseguró que la presencia de las cuatro representaciones en el acto es una muestra de que la Mesa de Enlace no dejará que el Gobierno “pase por encima” al sector agropecuario.

El dirigente definió al Gobierno como “mentiroso” porque no asume sus errores, reclamó que dejen al sector productivo “trabajar en paz” y calificó las decisiones adoptadas en el último año y medio como “medidas de locura”.

“No vamos a dejar que tiren el Gobierno por la ventana”, advirtió.

Fue el discurso más inflamado junto al de Carlos Achetoni, de FAA. Le pidió al Gobierno que acepte las críticas y lo acusó de utilizar “políticas embusteras” que llevan al sector productivo a la desaparición. “Cinco mil productores por año salen del circuito”, alertó.

Entre la gente, con mayoritaria presencia de chacareros, se repetían consignas variadas. No se observaron distintivos políticos, aun cuando los planteos fueran en línea con lo que señala habitualmente la oposición al Gobierno.

A los reclamos sectoriales del campo se sumaban otros como las deficiencias en el operativo para la aplicación de vacunas, la exigencia para el regreso de las clases presenciales, el avance para una reforma judicial o las jubilaciones.

“Castiguemos a los que no respetan la Constitución”, “97 mil muertos. háganse cargo”, “La delincuencia nos está ganando”, “Con los jubilados no”, se mezclaban con otros apuntados a la producción agropecuaria. “Insumos en dólares. Leche a 28 pesos. Nos fundimos”, rezaba un amplio pasacalle que portaban tamberos de Chivilcoy.

A pesar de las múltiples diferencias, entre los chacareros se percibía que las restricciones a la exportación de carne, medida adoptada en mayo pasado, se convirtió en el germen de una protesta que no se repetía con tal contundencia desde el conflicto de la 125, en 2008.

“El cierre de las exportaciones hizo enojar al sector”, aceptó Nicolás Pino, de Sociedad Rural. “Presidente, no destruya. Ayude a construir”, le sugirió a Alberto Fernández.

“Va a ser difícil si no llaman a dialogar a un sector tan potente como el nuestro. No nos dejemos llevar por delante. Defendamos nuestros derechos”, arengó hacia el final.

En la misma línea que Pino, el presidente de Coninagro, Elbio Laucirica, dijo que el cierre de exportaciones es “inexplicable” y parte de las “incongruencias” que expone el Gobierno.

Con la consigna “Ciudadanos movilizados en defensa de la producción, el trabajo y la educación”, los productores expusieron también sus disidencias con la estatización de la hidrovía o la ley de biocombustibles. Las restricciones que complican el funcionamiento de comercios e industrias también se anotaron entre las principales demandas.

Al escenario, cruzado con una bandera argentina que lo cruzaba y llevaba la leyenda “Ciudadanos por la República”.

Mientras se aguardaba el comienzo del acto con música folclórica o temas que intentaban exponer un mensaje como “Color Esperanza” o “Resistiré”, los locutores reclamaban a los asistentes que mantuvieran distancia y utilizaran barbijo. “Demos el ejemplo. Evitemos problemas. Es grande el espacio”, sugerían atendiendo el cuadro sanitario actual.

Cerca de las once se produjo el ingreso de los Gauchos de Güemes, llegados desde Salta para sumarse al acto de protesta. El grupo, que no desfiló en los actos del bicentenario por la muerte de su referente, consiguió apoyo de la comunidad salteña y emprendió el viaje para estar el viernes en San Nicolás.

“Es una reivindicación de lo que pasó en Salta que no nos dejaron desfilar”, explicó Abelardo Usandivaras, organizador de la movilización desde Salta a Clarín Rural, luego de lo que los gauchos calificaron como un “desplante” lo que sufrieron en los actos que encabezó el presidente por el bicentenario de la muerte de Martín Miguel de Güemes el 17 de junio pasado.

A los gauchos se sumó un ex combatiente de Malvinas y detrás de ellos, también cabalgando, la presidenta del PRO.

“Tenemos que defender la independencia para siempre. Sufrimos la falta de clases. Hay que defender la educación, la propiedad privada, la libertad. Argentina tiene que liberarse del populismo”, dijo Bullrich.

Aunque al escenario subieron para exponer sus reclamos jubilados, docentes, estudiantes, comerciantes, productores, el presidente del mercado de Liniers, un militar y el cura párroco de San Nicolás, Gabriel Fortunato, se sostuvo la idea primaria de que ningún dirigente político ofreciera discursos.

Entre la gente, una vez más, se repitieron las pancartas y los carteles contra distintos representantes del Gobierno, aunque como en 2008 las principales dardos apuntaban contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.