La oposición de Venezuela arrasó en Barinas, el santuario del régimen chavista
El candidato opositor Sergio Garrido se impuso por 14 puntos sobre el excanciller Jorge Arreaza en la gobernación del estado del fundador del régimenLa oposición volvió a derrotar al chavismo en la cuna de la revolución dos meses después, según su conteo extraoficial, una victoria recibida con alborozo doble por dirigentes y seguidores. En noviembre fue Freddy Superlano quien venció a Argenis Chávez por unos pocos votos en una sorpresa histórica.
Después llegó la intervención de Nicolás Maduro y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que ordenaron repetir las elecciones, amparados en fraudulentos motivos administrativos y empujados por el simbolismo que para el chavismo guarda su santuario de Barinas. Un nuevo golpe electoral, como los que se suceden desde la victoria parlamentaria de la oposición en 2015.
Este domingo el turno al bate, como le gusta decir al venezolano, le correspondió a Sergio Garrido, candidato por exclusión ante la inhabilitación de los dirigentes más conocidos. El símil pelotero (béisbol) encajó a la perfección con lo sucedido.
“¡Barinas se levantó!”, se ufanó el propio Garrido como si estuviera en un estadio. Los primeros datos de su comando de campaña comenzaban a llegar para confirmar previsiones y encuestas. Su ventaja había crecido de unos pocos votos a miles.
Garrido, el dirigente humilde, el hombre de la camisa a cuadros, agricultor y llanero por los cuatro costados, pasó por encima como un tranvía a Jorge Arreaza, enviado por Nicolás Maduro a la tierra que vio nacer a Hugo Chávez, gobernada por su familia durante 22 años. El excanciller, convertido en “paracaidista político” de última hora, también fracasó.
Luego de confirmarse una derrota por 14 puntos (41% frente a 55%), fue el propio Arreaza quien admitió en sus redes sociales la derrota del chavismo. ”Barinas querida. La información que recibimos de nuestras estructuras del PSUV, indican que, aunque aumentamos en votación, no hemos logrado el objetivo”, escribió.
Barinas querida. La información que recibimos de nuestras estructuras del PSUV, indican que, aunque aumentamos en votación, no hemos logrado el objetivo. Agradezco de corazón a nuestra heroica militancia. Seguiremos protegiendo al pueblo barinés desde todos los espacios.
El fraude electoral montado por el Palacio de Miraflores para repetir las elecciones ganadas limpiamente por la oposición en noviembre, no sirvió para remontar en las urnas, aunque se desconoce cuál será la decisión final que tome la revolución. La derrota más dolorosa para el chavismo se produjo en Sabaneta, el pueblo natal de Hugo Chávez. Allí también ganó Garrido.
La realidad es que el candidato de la Unidad Democrática multiplicó los votos y arrasó en las urnas. De nada le sirvió a la revolución bolivariana el ventajismo descomunal durante la campaña electoral como hacía tiempo que no se veía, en medio de un despliegue militar que ha transformado a Barinas en un gigantesco cuartel. Y una oleada de promesas de felicidad futura para el santuario de los bolivarianos.
A la postre en el ánimo de los llaneros ha influido más la realidad que el chantaje gubernamental, que ha repartido electrodomésticos, bombonas de gas y toneladas de regalos como si se tratara de los Reyes Magos de Caracas. Barinas vive sus tiempos más oscuros, atrapada entre la pobreza, la emigración y el derrumbe de los servicios estatales provocado por la desastrosa gestión bolivariana.
“No les dan los números, de nuevo fracasaron. Hacemos un llamado a que se respete la voluntad popular. Todo el desempeño del oficialismo no fue suficiente, los altos jerarcas del chavismo ya se fueron de Barinas”, adelantó al cierre de las urnas Freddy Superlano, quien aseguró que en esta ocasión la famosa operación arrastre del chavismo no fue suficiente para remontar el voto de castigo de la población.
“Los venezolanos nunca nos rendiremos hasta ver a Venezuela libre y democrática. Barinas, ejemplo de lucha y resistencia”, se congratuló Juan Guaidó, recién confirmado al frente de la presidencia encargada durante todo el año.