Tanto Unión como Instituto volvieron a demostrar que atraviesan un buen momento futbolístico en un partido que tuvo de todo. Si bien el arranque del encuentro fue más trabado que jugado, tras el gol de Nicolás Orsini, que cortó una racha de cinco partidos sin convertir, el encuentro fue muy entretenido. Luego del gol del ex Boca que armó un jugadón por la banda derecha que terminó en gol pese al esfuerzo del arquero Roffo, el duelo cambió drásticamente.

Atrás había quedado el poco fútbol que mostraron y cuando Unión se había acomodado, Santiago Rodríguez, capitán y figura de los de Diego Dabove, metió un zapatazo infernal desde mitad de cancha para poner el 1-1. Fue un gol fuera de serie digno de un optimista del gol. El delantero vio la pelota boyando en el círculo central y, tras una mirada de reojo a Thiago Cardozo, que estaba adelantado, metió un zurdazo infernal que se metió para poner el empate.

Y cuando la Gloria parecía tener todo a favor para llevarse por delante al Tatengue en los minutos finales del primer tiempo, una irresponsabilidad de Jonás Acevedo volvió a cambiar el rumbo del encuentro. El mediocampista le fue con todo a Mauro Luna Diale y vio la roja directa a manos de Sebastián Zunino que no dudó.

Y en el segundo tiempo fue un partidazo sin goles. Instituto, pese a estar con uno menos, siguió intentando e incluso tuvo varias chances para poner el 2-1, pero no estuvo preciso en la definición. El gran responsable de ello fue Diego Dabove, que no se replegó, pese a jugar con uno menos, y buscó variantes en ofensiva. Y en la misma tónica estuvo Unión, que fue valiente y puso cuatro delanteros: Gamba, Orsini, Domina y Balboa, que tampoco estuvieron finos a la hora de la definición. Además, el Tate no convenció cuando tuvo que ser protagonista con la pelota.

Más allá de las ambiciones, el empate fue lo más justo. Si bien ambos querían continuar en la senda ganadora, el desarrollo del encuentro deja más contentos que molestos a los técnicos, que, ante un cierre muy irregular de sus equipos, parecen haber encontrado el camino correcto.