G20: Alberto Fernández pidió flexibilidad por la deuda y menores tasas
"Los países que produjeron la mayor huella ambiental son los mismos que dominan las tecnologías que pueden reducir el impacto de la producción sobre el medio ambiente", dijo el Presidente.En el marco de la cumbre del G20, el presidente Alberto Fernández reclamó a los países desarrollados un mayor compromiso para asistir los países en desarrollo y de renta media para la expansión de medidas contra el cambio climático y el cuidado del ambiente, particularmente en lo que se refiere a promover las energías renovables.
En ese contexto, pidió mayores facilidades para los países endeudados, como la Argentina. También mencionó que debe trabajarse en los canjes de deuda por acción climática, las menores tasas y plazos de pago más extensos.
“Necesitamos identificar los avances en tecnologías limpias como bienes públicos globales. Debemos avanzar en acuerdos sostenibles en materia de deuda externa. Los canjes de deuda por acción climática, las menores tasas y plazos de pago más extensos, también son claves”, dijo Fernández.
"Los países que produjeron la mayor huella ambiental son los mismos que dominan las tecnologías que pueden reducir el impacto de la producción sobre el medio ambiente", dijo durante su intervención el Presidente.
Y añadió: "Son los países desarrollados quienes más se beneficiaron del uso intensivo de los recursos ambientales del planeta durante los últimos siglos".
"La justicia ambiental requiere justicia financiera global. Sin financiamiento sostenible no habrá desarrollo sostenible", exigió Alberto Fernández tras repasar las acciones de la Argentina contra el cambio climático.
Al finalizar la ponencia, sentenció “nadie se salva solo” y a continuación dijo: “Sin multi-lateralismo ambiental, estaremos corriendo todos hacia el abismo. Como el General Perón alguna vez lo señalara para nuestra Argentina, “al mundo lo salvamos entre todos, o al mundo no lo salva nadie”.
El discurso completo de Alberto Fernández:
La acción climática y ambiental ocupa un lugar central en las políticas públicas de la Argentina.
Elevamos nuestra Contribución Determinada Nacional un 27,7% respecto a la de 2016, dos puntos adicionales a la ya presentada en 2020.
Se trata de un esfuerzo considerable y consistente con la meta de 1,5° grados centígrados y con la neutralidad de carbono al 2050.
Estamos tomando medidas para incrementar el uso de energías renovables y medidas de eficiencia energética en la industria, el transporte y la construcción.
Nuestra agenda ambiental también incluye la promoción de tecnologías para la reducción de las emisiones de metano, el impulso a la producción de hidrógeno y acciones para erradicar la deforestación ilegal.
Cuidamos especialmente nuestros bosques nativos, promoviendo el arraigo de las poblaciones locales con mejor calidad de vida y bregando por la compensación a través del pago de servicios eco-sistémicos.
Pero todo esto es insuficiente.
La justicia ambiental requiere justicia financiera global. Sin financiamiento sostenible no habrá desarrollo sostenible.
Los recursos para la implementación del Acuerdo de París siguen siendo insuficientes, especialmente para los países más desfavorecidos.
Son los países desarrollados quienes más se beneficiaron del uso intensivo de los recursos ambientales del planeta durante los últimos siglos.
Por eso es esencial el concepto de responsabilidades comunes pero diferenciadas.
Los países que produjeron la mayor huella ambiental son los mismos que dominan las tecnologías que pueden reducir el impacto de la producción sobre el medio ambiente.
Esta transición tendrá sobre ellos un efecto positivo, no solo en materia ambiental, sino sobre la producción y el empleo.
En cambio, el desafío es enorme para los países en desarrollo y de renta media, como el que yo represento.
Para nosotros el impacto de esta transición puede ser negativo en términos de cohesión social.
Al mismo tiempo y dada la primarización de nuestras exportaciones, es imprescindible que las nuevas reglas ambientales estén respaldadas en evidencia científica para que no constituyan una barrera injustificada al comercio.
El deterioro de la casa común reclama revisar sus cimientos. No es suficiente con una renovación cosmética.
Necesitamos identificar los avances en tecnologías limpias como bienes públicos globales.
Debemos avanzar en acuerdos sostenibles en materia de deuda externa.
Los canjes de deuda por acción climática, las menores tasas y plazos de pago más extensos, también son claves.
Nadie se salva solo.
Sin multi-lateralismo ambiental, estaremos corriendo todos hacia el abismo.
Como el General Perón alguna vez lo señalara para nuestra Argentina, “al mundo lo salvamos entre todos, o al mundo no lo salva nadie”.