El arresto del hijo de Petro por corrupción golpea al presidente y agita a Colombia
Acusado de lavado de activos y enriquecimiento ilícito en la financiación de la campaña de su padre, fue detenido junto a su exmujer; el mandatario afirmó que no presionará a la JusticiaLa detención de Nicolás Petro –hijo del presidente de Colombia, Gustavo Petro– luego de una decisión inédita de la Fiscalía despertó de forma agitada al país. Los agentes policiales lo detuvieron en Barranquilla junto a su expareja Daysuris Vásquez, acusados ambos de lavado de activos al estar presuntamente implicados en el desvío de 600 millones de pesos colombianos (unos 153.000 dólares) a sus propios bolsillos desde la campaña de su padre.
A Nicolás Petro también se lo señala por enriquecimiento ilícito y a Vásquez, por violación de datos personales.
En una entrevista exclusiva para la revista Semana, que también dio a conocer las explosivas conversaciones de la pareja a través de WhatsApp, Vásquez aseguró en marzo que el dinero procedía de los aportes a la campaña presidencial del antiguo narco Santa Lopesierra, alias Hombre Marlboro, que llegó a estar encarcelado en Estados Unidos. También mencionó a Alfonso Hilsaca, alias El Turco, vinculado en su días a grupos paramilitares. Según esta versión, Nicolás Petro usó el dinero para comprar una mansión en Barranquilla.
“Como persona y padre me duele mucho tanta autodestrucción y el que uno de mis hijos pase por la cárcel; como presidente de la república aseguro que la Fiscalía tenga todas las garantías de mi parte para proceder de acuerdo con la ley”, reaccionó de inmediato el presidente en su operación de control de daños, en la que aseguró que no intervendrá ni presionará a la Fiscalía. Ya cuando estalló el escándalo en marzo pasado, Petro pidió la investigación de la Fiscalía, pese a que esta ya estaba manos a la obra, al tratarse de un poder independiente.
Petro también aconsejó ayer a Nicolás a través de Twitter: “A mi hijo le deseo suerte y fuerza. Que estos sucesos forjen su carácter y pueda reflexionar sobre sus propios errores”.
El hijo mayor del presidente, de 37 años y diputado por el departamento del Atlántico por el oficialismo, es fruto de la relación entre Petro y su primera esposa, Katia Burgos.
El presidente reconoció que no estuvo presente en la vida de su hijo durante su infancia por su militancia en la guerrilla del M-19. No obstante, Nicolás intentó seguir sus pasos en la política, al dejar tras de sí una estela de escándalos, desde sus vínculos con la llamada “parapolítica” (las redes políticas de los paramilitares, los mismos que su padre denunció ante el país y el mundo) hasta la sanción del Consejo Nacional Electoral (CNE) después de caer derrotado en la lucha por la gobernación de su departamento.
Los medios siguieron la noticia como si se tratase de la final de un Mundial, minuto a minuto, tanto la presentación ante el juez en Barranquilla como su traslado a la capital en un jet y su ingreso en el búnker de la Fiscalía General de la Nación. Nunca antes fuerzas policiales colombianas habían detenido al hijo de un presidente en ejercicio.
Ya cuando hace meses Vásquez aportó la información que inculpaba a su exmarido, los audios de WhatsApp filtrados se convirtieron en trending topic. “Tenemos que sacar dólares urgentemente de aquí”, le reclamó Nicolás Petro a Vásquez pocas horas antes del triunfo electoral de su padre, el año pasado.
“Buen momento para recordar que Nicolás Petro no es solo el hijo de Petro: también era su operador político, fue su candidato a la gobernación del Atlántico puesto por él y uno de los líderes claves de su campaña en la costa, que fue la región que decidió las elecciones en la segunda vuelta. Hay responsabilidad política”, destacó a la nacion el columnista David González Escobar.
“No deja bien parado al presidente que tantas personas de su círculo más cercano estén siendo investigadas por hechos de corrupción, lo que podría involucrar a su campaña y por ende al gobierno. Deja en entredicho al gobierno del cambio. Si las investigaciones demuestran la entrada de dineros malhabidos a la campaña y su injerencia en el gobierno, esto podría implicar responsabilidad política para Petro”, añadió la analista colombiana Cristina Plazas.
El otro gran puntal en la campaña de Petro, en especial en la trascendental zona costeña, fue Armando Benedetti, exembajador colombiano en Venezuela y protagonista del otro gran escándalo de la administración del cambio: su rifirrafe personal y político con la exjefa del despacho de la presidencia, Laura Sarabia, provocó la destitución de ambos, pese a tratarse de su dos colaboradores más cercanos.
Petro recibió el respaldo inmediato de sus aliados más cercanos, como Gustavo Bolívar, reconocido escritor y candidato a la alcaldía de la capital por el Pacto Histórico.
“Nicolás Petro es el primer hijo de un presidente que va a la cárcel, pero no porque los hijos de otros presidentes no hayan delinquido, sino porque ningún otro presidente permite que la Justicia actúe con independencia y sin presiones como lo hace Petro”, ponderó Bolívar.
Los aliados de Petro también han puesto en duda la legalidad de la operación de la Fiscalía, enfrentada al gobierno. “La medida de aseguramiento no es ilegal, pero se podría tratar de una acción apresurada. Esto es importante entendiendo la disputa política entre el fiscal, que sale pronto, y Petro”, explicó González Escobar.
¿Acarrearía consecuencias inmediatas para el presidente la detención de su hijo? “Más allá de una condena, podría tener un elemento adicional muy importante: inhabilitar a Petro por conflicto de intereses a la hora de proponer una terna para reemplazar al fiscal, tratando de evitar que nombre un aliado, tal y como ha sido el caso con todos los presidentes anteriores”, sentenció González Escobar.